sábado, 8 de enero de 2011

La Habitación de Cristal.

Quiero compartir con vosotros un método que empleo con frecuencia para tomar distancia con ciertas situaciones y ganar objetividad en la comunicación, una herramienta que facilita a mis coachees la posibilidad de observarse en una situación que les afecte. En el fondo se trata de un "cambio de observador". Lo llamo "La Habitación de Cristal" y es sencillo, al menos desde mi punto de vista.

Imagina una habitación sencilla, con su puerta, una mesa, dos sillas frente a frente... nada más. Las paredes de esta habitación son de cristal: la parte que va desde el suelo y hasta una altura de metro y medio, e
stá empapelada y el resto de la pared, hasta el techo, es de cristál. El techo también es de cristal y el suelo, por supuesto es opaco.

Utiliza tu imaginación y piensa que eres un gran ojo que, sin juzgar, todo lo observa desde el techo. El ejercicio consiste ver entrar en la habitación, "a vista de pájaro", a nuestro/a interlocutor/a (o persona con la que queremos resolver una situación concreta de entendimiento y/o comunicación) y esperar a que se siente. De esta manera podremos observar su actitud, disposición, manera de desenvolverse, la postura que (imaginariamente) adopta al sentarse en una de las sillas frente a la mesa; limítate a observar con la mente cómo se comporta, evita cualquier
tipo de juicio. Recuerda que eres un "objetivo de cámara" y así "miras".

Llegado a este punto y gracias a las paredes y techo de crital, que nos permiten observar con objetividad, nos preguntaremos, ¿cuál es el modelo mental de esta persona, que condicionantes culturales y educacionales trae?, ¿qué elementos de su vida o día a día le están haciendo ser como esta siendo en este momento?, ¿qué gano etiquetándolo desde mi perspectiva y modelo mental?, ¿favorecerá o perjudicará mi relación con él/ella de cara al futuro? Probablemente te encuentres con infinidad de respuestas. Anótalas todas; hazlo con honestidad.

Ahora damos un paso más... nos vemos a nosotros mismos entrando en la habitación y ocupando la silla que queda libre. Repetiremos el proceso anterior observando nuestra propia manera de desenvolvernos, disposición, modelo mental, actitud y nos preguntaremos de nuevo ¿qué elementos de mi vída y día a día me están haciendo ser como estoy siendo en este momento? ...y ¿de qué manera me puede estar etiquetanto la otra persona? ...e iremos anotando las respuestas que vayamos encontrando. Te recomiendo anotarlas; házlo desde la honestidad hacia ti mismo/a.

Cuando tengas las respuestas de ambas partes, respuestas que tu mismo habrás construido con algo más de objetividad, podrás ponerlas unas frente a otras y ver los puntos de coincidencia o divergencia que hay. Ese será el punto de partida... para abordar una conversación para mejorar una relación de comunicación con alguién y evitar caer en los enganchones. Es importante que tengas en cuenta los modelos mentales y sistemas de creencias de los interlocutores, es decir, "desde dónde hablan". Con esta información podrás "sugerir-te" -siempre con sentido constructivo- a ti, como protagonista, qué actitud es más favorable o menos perjudicial (valiosa al fin y al cabo) para mantener una conversación productiva.

Al final, cuando logras aparcar "posturas emocionales" y te atreves a "soplarte al oido" aquello que mejor contribuiría al desarrollo constructivo de esa conversación -gracias a tu propia ayuda objetiva- lograrás exponer lo que necesitas y lo que esperas de la otra persona; te darás cuenta que resolver algunas situaciones de comunicación es más sencillo de lo que parece.

Acuérdate de practicar esto poco a poco, empieza por situaciones sencillas, por relaciones de comunicación más o menos fáciles. Será como ir al gimnasio.

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